Abrir los ojos y que el sol me repita que nada volverá a ser como antes, que su cabello extraño jamás volverá a reposar sobre mi vientre.
Pedazos de historias que junté para inventarte; quedaste incompleto.
Tal vez jamás me volveré loca como cuando tenía 16 y nada parecía importarme mucho.
Sigo en espera de que sanes mi falta de coraje, mi falta de sensibilidad.
Rompes cada hueso que queda en este intento de humano que dejaste con tu confusión disfrazada de huída, cobarde.
Cobarde tu al pintarme flores y promesas en la pared, cobarde tus piernas que decidieron correr.
No tengo dudas de quién soy, ni de lo que no quiero ser.
No quiero ser la que te espera al anochecer, no quiero ser la que se retuerza fingiendo orgasmos mientras lloro las noches que no llegas, no quiero ser quien habla de ti en presente, no quiero ser la que se pinta de rojo los labios para que no sean despintados ni por un beso de cortesía.
Quiero ser la que soy ahora, la de los espamos de alegría, la que no puede estar triste pues lo único que me deprimía era tu hastiada presencia, tu amargada y aburrida presencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario