Es ahora donde me doy cuenta que no necesariamente mi cordón rojo va a dormir conmigo toda la vida; es ahora donde creo que solamente tendré ese hilo colgando por el resto de mi vida, enredado en otras manos que no sean las suyas...
Las maravillas que describo, los sueños que yo sola me invento, las ilusiones que he creado para el futuro... Son mías.
¿Por qué no cuida nuestro amor bonito? Ese que era la envidia de otros ojos...
Mientras tanto guardo el amor que le tengo bajo su almohada, lo cuido de sus comentarios sin sentido, lo cuido para que no se pierda así como ella, así como ella que está en otros planetas y no se da cuenta que solo tiene que quedarse en el nuestro...
¿No es suficiente?...
Intentaba mostrarle a mi pesimismo que los demás se equivocaban, que yo me equivocaba, que tal vez si sería para siempre.
¿Y si no es suficiente de donde obtengo lo que me falta?
Tal vez ya no puedo encontrarle, tal vez ella quiere quedarse en esos planetas vacúos, tal vez yo también debo perderme.
La diferencia aquí es que al encontrarle nuevamente, me encontré yo.
No debe preocuparse, pues cuando me vaya mi verdadero yo se quedará ahí a su lado, en esa esquina en la que suelo dormir, se quedará en ese espacio entre sus dedos.
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