"Jamás pude tocar su interior..."

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita. "

-Lolita
Vladimir Nabokov

Comenzabas por completar mis frases, protegerme, ¿gusto o una cierta obligación? Tal vez mañana marques diciendo que el universo debería irse al diablo. Solos en el mundo, juntos en esa soledad, compartiendo los momentos en los que solo nos acompañaba nuestra respiración, me dejaste ir.

Era la cura o la compañía, la solución o parte de tus problemas; era yo o lo que imaginabas que era. Todo lo que quise fue dejar que alguien velara mi sueño, cansada de al no poder hacerlo yo, dejar de dormir.
Fui un escape un simple trozo de cielo que tomaste y desvaneciste con agua oxigenada.
No sabrás en que se convertirá esta niña, por que siempre lo será. Esperabas con ansia la metamórfosis, yo necesitaba a alguien en ese largo proceso.
No soy una mujer impecable, soy la escandalosa gritona canturrina que sigue comiendo chocolate para sobrellevar las penas de un corazón "adultescente".

Cierra los ojos, siempre estaré ahí, en esa inocencia que te regale.