viernes, julio 14, 2017

Mi depresión...

Hoy tuve que ser muy valiente, tal vez a ojos de los demás no es gran cosa lo que voy a escribir hoy...

Hoy tengo que ser muy valiente al escribir de algo que me sigue, de algo que  si bien a mis posibilidades he podido manejar, a veces no me deja, no me suelta para ser feliz, me carcome mis momentos plenos o felices.
Es muy descriptible, es muy fácil para mi ponerlo en palabras, como todo en mi vida, es mucho mas sencillo ponerlo en letras que darles voz, como si me ahogaran y no pudieran salir nunca de mi boca.
No se cuando comenzo, probablemente viene desde hace muchos años, tal vez desde que era una niña, tal vez solo al crecer le pude dar nombre a esa afición o adicción a la melancolía.
No puedo recordar el momento exacto, pero puedo saber desde que sucesos esto inicio.
Probablemente es mas sencillo culpar a los demás, como a mi padre, por olvidar que yo era su hija, por olvidar que tan solo era una niña, por ignorar que apenas se estaban abriendo mis ojos a esa magia de crecer, de conocer la vida, tal vez podría culpar a mi madre por esperar tanto de mi, por presionarme tanto y dejar a un lado como estaba creciendo, por siempre hacer menos mis sentimientos o angustias, por siempre poner por delante las cosas de adultos, por lo menos ella se preocupaba un poco mas por mantenerme sana...
Sigilosamente me levantaba en las madrugadas a ver la luna, suena romántico, pero era mi único momento de paz, desde que tengo memoria disfrutaba estar sola, me gustaba quedarme sola en casa y pasar mi tiempo pensando, escuchando música, escribiendo... realmente no se en que momento eso cambió.
Haciendo el análisis del tiempo, al ir creciendo nunca obtuve lo que quería, ya saben, esas estúpidas cosas de adolescente promedio, no podía salir tanto, la escuela era la prioridad en casa, nunca fui muy bonita o de buen cuerpo, nunca tuve la atención que muy estúpidamente a esa edad todos buscamos.
Era el foco de burlas y si bien creía que no me afectaban tanto por el síndrome que me inculco mi madre de sentirme superior por tener buenas calificaciones, siempre había algo en mi que faltaba.
Mis padres se separan como resultado de que mi padre decidió verme como una mujer, a mis 13 años, tal vez de ahí todo fue como montaña rusa, arriba, abajo... abajo.
Nunca me he querido victimizar, me parece que es de débiles, otro punto para mi madre, formarme como un roble, aunque tampoco esta del todo bien pues creía que esas heridas las podía sanar yo misma.
Apenas probé un poco de libertad, corrí, corrí muy rápido. Tropecé, como tenia que ser.
Tal vez de mis contados momentos felices y plenos fue sentir que algo crecía dentro de mi, que ella estaba en camino, me duro tan poco. Un adolescente jamas estará listo para hacer crecer a alguien cuando apenas esta entendiendo de que se trata vivir.
Otro detonante, creer que seria sencillo hacerme cargo de alguien más, el cargo de conciencia de saber que en mis planes estuvo deshacerme de ella antes de que viera la luz, o peor aun, alejarla de el vientre que la alimento por meses, creyendo en mi estupidez que seria sencillo.
Ese cargo de conciencia de ser egoísta con algo tan pequeño y sin poder de elección.
Mentir, mentirle mucho a mi madre durante esos años, una fase difícil de dejar atrás, ahora entiendo que lo que siempre buscaba era su aprobación, entender con el paso de los años nunca la tendría, permitirme sufrir por eso hasta estos días, que siempre alguien fuera mejor que yo, por que yo me equivoque.
Depresión nunca fue su nombre, era estar triste, buscar excusas para estar así con cualquier obstáculo que la vida pusiera, por sencillo que fuera.
Dejar de comer, por querer sentirme bonita, por encajar en los estándares de mis amistades, vomitar, ser de esas pendejas niñas de las que todo el mundo habla como personas incapaces de quererse a si mismas, esa era yo.
Volverme incapaz de mantenerme sola, salir con cualquier persona que por mucho que me contaminara, obtuviera su compañía o aprobación. Conocer gente que solamente me trajo más problemas o mas maneras de darme cuenta de lo mucho que me faltaba a mi, por que ese es el efecto, crees que solo tu tienes esa miseria, ver la vida de los demás como perfecta.
Perder el tiempo observando las vidas de los demás y dejar correr la tuya.

Cumplir años, nunca crecer, pues en momentos me percibo como una niñita imbécil.
Darle mas motivos a los demás para asumir que algo esta mal en mi al descubrir mi orientacion sexual, tal vez por mucho asociada a la aversión a mi padre, a esas figuras masculinas.
Tropezarme, una, otra y otra vez, creer que con cada paso dejo atras el éxito, creer que camino hacia atrás y los pasos a futuro nunca llegaran.

Tropezar de nuevo al no poder ser una buena madre para esa pequeñita que lo único que hizo fue regalarme esos instantes donde creía que era fuerte, que podría con el mundo con tal de verla sonreír.. no pude.
Imaginar que tal vez yo la necesito más a ella de lo que ella a mi, dejar de ser indispensable para sus amaneceres, ya no me necesitaba al dormir, ni a mis cuentos esporádicos por estar preocupada por cualquier otra tontería.

Sentir que pierdo cada día, al no verla crecer de mi mano.
Eso es mi depresión, 10 meses de creer que una pastilla diaria al despertar podría arreglar todo eso que llevo enterrando, creer que tomar 500 mg de mentira permanente hará que deje de creer que todo esta mal.

No es tan trágica como todos piensan, hay días buenos, muy buenos. Pero sigo sin entender por que no puede ser permanente ese estado de paz, sigo sin entender que solamente necesitaria de mis propios méritos y compañía para sentirme capaz.
Días en los que quiero comerme al mundo y solo me dedico a reír, días en los que he pasado 16 horas o más durmiendo sin razón aparente. Días de creer que las cosas pueden ser mejores y días donde parece que vuelvo a tener 13 años y necesito de alguien que me diga que todo va a estar bien.

Inseguridades por mi cuerpo, mi inteligencia, mis habilidades, momentos de aceptar que he hecho cosas buenas, que he madurado y otros donde al llegar la noche siento ganas de llorar, nunca se por que.

Todos tienen batallas, todos, todos nos sentimos mal a veces, lo que me preocupa es esa voz interna que me hace querer sabotearme, que me dice que de 100 pasos hacia atrás, lo que da miedo es tener todo para amar la vida y siempre querer estar ahí acurrucada en ese hoyo que yo misma hice.
Alguna vez la doctora que platicaba conmigo me dijo que tenia miedo de ser feliz, pues eso significa que encontrare decepciones y por que ser feliz no es tan fácil. Que para mi era mas sencillo quedarme en ese estado de autocompasion y miseria por que era mi zona de confort.

Tiene razón, es muy difícil aprender a no exigirnos tanto, a no esperar tanto, a comprender que NO SOMOS PERFECTOS, a perdonarnos...

Solamente quisiera que el proceso fuera mucho mas sencillo, dejar de fallarme, de autosabotearme, de ponerme en situaciones que no me favoreceran, dejar de hacerme tanto daño. Por que nadie puede hacerlo por nosotros, nadie nos puede estrellar en el piso si nos mantuvieramos erguidos, con los ojos en el cielo, nunca dejando de aspirar, de desear, de amar los días bellos. De apreciar las cosas pequeñitas, pero solo las que nos traeran paz y alegría, no encontrarle defectos y problemas a cada grano de arena.


Esta vez no hay moraleja ni palabras positivas pues sigo en ese proceso, si sienten todo esto busquen ayuda, en determinados momentos de la vida uno no puede pelear sus batallas solo....


No hay comentarios:

Publicar un comentario