Me envió un mensaje, sabemos que siempre está presente, aún cuándo tiene meses que escribí el FIN de la historia; sin embargo a veces me hace bien hablar con él, me recuerda que es lo que NO quiero para mi vida.
Hoy hace dos años me metí en lo que serían los 9 meses más tristes de lo que llevo de vida, 9 meses fue lo que aguanté.
Le decía que tenía que cambiar, y ahora el me dice que tal vez es hora de que cambie yo.
Al demonio con ese viejo cuento, mi nuevo libro se está deshojando poco a poco, no se como detener esta caída de palabras, en realidad no lo se, hago demasiado para evitarlo, tal vez no debería hacer nada, y esperar que su curso natural me de la respuesta, o la deletree por lo menos.
Te doy todo lo que hay y lo que no, te escribo más palabras de las que sé y te regaló más aire del que respiro.
Me estoy quedando sin fuerzas para seguir con mi órbita, se me está apagando la Luna y te estás llevando mi luz propia.
¿Dime que hay que decir? ¿Dime que te falta por recibir? Mira que ya no hay mucho que te puedas llevar.
Nadie ha robado mi atención, tu la tienes pero creo que la dejaste tirada en el espacio...
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