martes, diciembre 06, 2016

LETTER



Inclusive cuando las palabras no me salen de la boca, aún cuando mis acciones carecen de sentido.
Sabiendo que me faltan años  para entenderme, siendo lenta en el proceso de hacerte entender a ti..
Me acostumbraste a los días en cama, a las horas de insomnio, al refresco de cola y a las noches de sushi.
Tú me enseñaste a perderme en la ciudad y a encontrarme a tu lado al dormir.
Siempre quise a alguien como tú, no te buscaba así, pero ahora lo sé.
He perdido la cuenta de los días que han sido grandiosos, de los defectos que me hiciste encontrarte y después olvidar, ya perdí la cuenta de los días que estuve sin ti pero casi puedo enumerar las veces que te he extrañado al  verte salir por la puerta de la casa.
Como cuando los planetas se alinearon, ese día en el que por fin te materializaste, el día en el que la voz detrás del teléfono se convirtió en esos dientes gigantes.
No bromeaba cuando te decía que habías volcado mi mundo de cabeza, no mentía cuando decía que sabía que tú eras para mi…
Ya me he perdido entre tus piernas y tus mentiras, me he encontrado también en esos ojos y esa sonrisa, en tus promesas bonitas.
Fueron 18 años de espera, 18 años de imaginar cómo sería tu cara, ya me enseñaste como es el mundo, no te vayas ahora que tenemos que recorrerlo.


Dicen que nada es para siempre, dicen que todo tiene su ciclo…
¿y si el nuestro no se acaba? ¿ y si seguimos sin dejarlo terminar?

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